A los 62 años, cuando May quedó viuda, decidió que tenía muchas cosas por hacer en su vida. Comenzó a pintar, a salir, a reunirse con amigas. Un día, un amiga, le presentó a un señor que estaba viudo. Comenzaron así, una etapa de amistad que se transformó en amor. Y así, un día se volvió a casar. Y encontró la felicidad.